Pero este puerto amarra como el hambre, no se puede vivir sin conocerlo, no se puede mirar sinque nos falte, la brea, el viento sur, los volantines, y el pescador de jaivas que entristece nuestro paisaje de la costanera.
Aprendiz de mujer. Alma errante, viajante, delirante. Soñante, llorante, muriente. Anhelante. Perdida en un mundo de quimeras, mundo ajeno, mundo loco y sinsentido.